La frontera entre Ciudad Juárez y El Paso es mucho más que una línea divisoria. Es un corredor vital donde diariamente cruzan más de 50,000 vehículos y 25,000 peatones. Sin embargo, también es un escenario de complejidades: migración desbordada, tráfico ilícito y una violencia que no reconoce fronteras. En medio de este panorama, surge una propuesta audaz: la creación de una Policía Fronteriza Binacional.
La idea de formar un cuerpo de seguridad conjunto entre México y Estados Unidos no es nueva, pero ha cobrado fuerza en los últimos años. En marzo de 2023, Julio Almanza Armas, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas (Fecanaco), sugirió la formación de un equipo táctico binacional con inteligencia y tecnología para combatir la delincuencia organizada en la frontera. «Esta sería una manera efectiva de unificar esfuerzos y aprovechar los recursos de ambos países,» declaró Almanza Armas. Además, durante los diálogos de alto nivel sobre seguridad entre ambos países, se enfatizó la importancia de fortalecer la cooperación bilateral para enfrentar desafíos comunes como el tráfico de drogas y la migración irregular. Pero, ¿qué tan viable es esta propuesta?
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), en 2023 se registraron más de 2.2 millones de encuentros con migrantes en la frontera sur, una cifra histórica que ha intensificado las tensiones bilaterales. «Las cifras de migración demuestran la urgencia de una colaboración más estructurada entre los dos países,» declaró un informe del Instituto de Políticas Migratorias de Washington, D.C. «La Policía Fronteriza Binacional podría ser un primer paso en ese sentido.»
El tráfico de fentanilo también ha aumentado; en 2022, las autoridades estadounidenses confiscaron más de 6,800 kilos de esta droga, suficiente para causar daños irreparables en comunidades enteras. «Estamos viendo un flujo de drogas que desafía cualquier medida tradicional de seguridad fronteriza,» afirmó el agente especial Matthew Donahue de la DEA, en una conferencia realizada en El Paso en marzo de 2023. «La colaboración binacional es imprescindible si queremos hacer frente a estos retos.»
Ciudad Juárez tampoco está exenta de estas crisis: con más de 1,000 homicidios registrados en 2023, la ciudad sigue luchando contra los estragos de la violencia. «La inseguridad en Juárez refleja los retos compartidos en la región fronteriza,» afirmó un informe del Colegio de la Frontera Norte (COLEF). «Es vital buscar colaboraciones transnacionales que frenen el flujo de armas y fortalecen la seguridad regional.»
Aunque la idea de una policía binacional parece ambiciosa, existen modelos que han demostrado la efectividad de la cooperación internacional en seguridad. El programa Shiprider, entre Canadá y Estados Unidos, permite a oficiales de ambos países patrullar juntos en aguas compartidas. Por su parte, Europol ha mostrado cómo la colaboración entre naciones europeas puede facilitar investigaciones y operativos conjuntos.
La experiencia en lugares como europa nos muestra que compartir inteligencia y recursos puede ser extremadamente efectivo. Sin embargo, también requiere un nivel de confianza política que a veces es difícil de lograr en la frontera entre México y Estados Unidos.
Sin embargo, la creación de una Policía Fronteriza Binacional enfrenta obstáculos significativos. La jurisdicción es uno de ellos: los sistemas legales de México y Estados Unidos son distintos y, a menudo, incompatibles. Además, las relaciones políticas entre ambos países suelen ser tensas, lo que podría dificultar la construcción de la confianza necesaria para un proyecto de esta magnitud. Algunos críticos también expresan preocupaciones sobre la soberanía nacional, argumentando que un cuerpo conjunto podría comprometer la autonomía de cada país. Finalmente, el costo es otro factor determinante: financiar una iniciativa binacional requeriría inversiones sustanciales en capacitación, tecnología y operación.
«No es solo un tema de voluntad política,» apuntó Javier González, analista en seguridad del Centro de Estudios Binacionales de la Universidad de Texas en El Paso. «Es también un tema de presupuesto y prioridades. Ambos países necesitarán comprometerse de manera equitativa para que algo así funcione.»
La propuesta de una policía conjunta no es solo un sueño ambicioso; también refleja la urgencia de atender problemas transnacionales con soluciones igualmente integradas. Sus defensores argumentan que una fuerza de este tipo podría mejorar la eficiencia en el combate al crimen organizado, facilitar el intercambio de información y reducir duplicidades en los operativos. Pero sus detractores señalan que las diferencias culturales y políticas hacen que esta idea sea poco práctica.
A pesar de las barreras, discutir la posibilidad de una Policía Fronteriza Binacional ya es un avance. Es una muestra de que los problemas que afectan a Ciudad Juárez y El Paso no pueden resolverse de manera unilateral. Iniciativas como el intercambio de inteligencia, capacitaciones conjuntas y acuerdos bilaterales podrían ser pasos iniciales hacia una colaboración más profunda.
La frontera entre Ciudad Juárez y El Paso ha sido testigo de los mejores y peores momentos de esta región binacional. Una Policía Fronteriza Binacional podría ser el puente que conecte soluciones efectivas con las necesidades urgentes de ambas comunidades. Quizá no esté lista para convertirse en realidad, pero definitivamente merece un lugar en la conversación.